sábado, 23 de octubre de 2004

Desde una laptop, los diputados analizan la pobreza

Con 108 mil pesos al mes en la bolsa, legislador panista dice "no hay indígenas pobres"

Viajan por todo el mundo con gastos pagados, reciben una dieta oficial de unos 64 mil pesos al mes que se les dispara hasta los 108 mil pesos entre varios rubros, ayuda para transporte (combustibles), despensa, seguros, pago extra por integración de comisiones, entre otras cosas. Son sin lugar a dudas, los menos indicados para evaluar la pobreza.

La labor de reporteo permite ser testigo de los gastos a pequeña escala de los diputados, federales y locales en México. Es común ver a los legisladores comer en los mejores restorantes, ser dueños de grandes propiedades, casas cómodas y autos de lujo, además de verlos vestir prendas que evidentemente no compraron en tianguis.


Raúl Chavarría, diputado federal panista

El diputado del Partido Acción Nacional (PAN) Raúl Chavarría Salas, rechazó que en México se registren muertes por desnutrición y que haya indígenas pobres, ya que éstos, dijo, tienen todos los elementos para comer, pero no los aprovechan.

Conocí a una silenciosa indígena que vendía sobre su cabeza, legumbres y verduras de casa en casa, iba a la ciudad de Poza Rica, Veracruz en un transporte arruinado y caminaba descalza en su rutina de venta unos 10 kilómetros.

La señora vestía impecablemente limpia, siempre con un vestido azul rey y con la limitada carga sobre su cabeza, no podríá hacerse rica asi tuviera toda la clientela posible.

Diario la pude ver caminar sobre la banqueta de enfrente sin decir palabra, solo haciendo alto cuando algún vecino pretendía comprarle su mercancía.

La señora, en un lapso de un año, comenzó a cambiar. Su carácter se puso duro, regañaba a los niños, hablaba sola, caminaba enojada, discutía, se alejó de su silencio y peleaba con sus clientes.

Un día, mi madre habló con ella por un largo rato, las vi de lejos, la indígena terminó llorando, actitud que después asumió con frecuencia al caminar por la calle. A veces refunfuñaba, a veces lloraba.

Supe su historia, que debe repetirse por toda la república.

La "María", como se generaliza a todas las vendedoras indígenas, había perdido a su esposo en una disputa de tierras, simplemente un día no regresó a casa y lo encontraron muerto en el campo.

La señora fue despojada de su casa y del espacio donde su marido, ahora muerto, cultivaba los productos que vendía en la ciudad. Ya sola, vio morir a sus tres hijos de diarrea. Gradualmente se volvió loca.


Foto de AP reproducida por la BBC

El también presidente de la subcomisión de Medicina Preventiva y Bioética de la Cámara de Diputados, Chavarría Salas, planteó que si los indígenas del país carecen de alimentos es porque no se acercan a los programas que impulsa el gobierno federal, además de que les hace falta cultura para proveerse de lo necesario.

Vi otro caso.

Muy pequeño, un indígena dicharachero llegaba muy temprano a casa a vender quesos.

Curtido por el sol hasta el último espacio visible de su piel el señor siempre se daba 10 minutos para platicar con mi abuelo, quien en alguna ocasión vi que le regaló ropa de Pemex que ya no usaba. Un pantalón y una camisa de manga larga color beige, con las identificaciones oficiales.

Por años vi al vendedor lucir esa ropa.

Un día la necesidad lo hizo llevar a casa un radio de bateríás para vender el que supuse, era su única compañía.

No tenía otra cosa de valor más que el aparato radiofónico.

Recuerdo a varios integrantes de la familia ser testigos de su venta. Lo promovió así "es un radio buenísimo, se escucha todo el día, y en la noche tiene mariachis y todo tipo de música".

Por dentro reimos, nos miramos cómplices unos a otros. No compramos la radio y la anécdota sirve para recordar el alto grado de ingenuidad entre los indígenas y la falta de educación.


Una pordiosera indígena a las puertas del templo
de San Francisco, en Querétaro, entidad de Chavarría. (Foto: JC Cortés)


Según el legislador panista, la pobreza extrema no existe en el país o es mínima y sólo se da la de carácter patrimonial.

Mi padre nos llevó a conocer la zona rural donde nació en el estado de Hidalgo. Nuestras visitas se repitieron en algunas ocasiones al municipio de San Agustín Mezquititlán y la región a la que solo se llega caminando, en caballo y gracias al transporte de algún camionero que preste un espacio en la caja de carga.

Instalados en una casa construida con adobe y ramas secas supe lo que era la carencia de todo y la felicidad de una familia por contar con una enorme bolsa de galletas de animalitos que llevamos de regalo. (galletas que invariablemente consumieron con café aguado)

Un día, lo dijeron como alerta, "se está ácabando el agua", yo me apunté para ir a llenar unos recipientes extraños para mi, un tipo de cubetas con un boquete de entrada y tapa para que no se derrame el líquido. Cubos le llaman.

Caminamos por horas mientras un burro cargaba los trastes. Calculó uno de mis primos que vivían ahi, que eran ocho kilómentros. Todo el recorrido para recolectar unos 30 o 40 litros de agua.

Chavarría Salas también rechazó que el problema de la desnutrición en los indígenas sea un foco rojo y que más bien falta cultura de los indígenas para proveerse de lo necesario.

"Yo he visto estados del sureste como Tabasco que tienen todos los elementos para comer y, sin embargo, no los aprovechan", dijo.

En la "insólita entrevista" transmitida por canal 2 que realizó Julio Scherer García, ya fuera de la dirección de Proceso al subcomandante Marcos. El líder insurgente representó a la misera de la siguiente manera:

"En una niña también. Una niña que se me murió en los brazos, de menos de cinco años de edad, de calentura, en la comunidad de Las Tazas, porque no había un mejoral para bajarle la fiebre, y se me fue en las manos. Tratamos de bajarle la fiebre con agua, con trapos mojados, la bañábamos y todo, su padre y yo. Se nos fue. No requería intervención quirúrgica, ni un hospital. Necesitaba una pastilla, un mejoralito... es ridículo, porque además esa niña ni siquiera nació, no había un acta de nacimiento. ¿Qué hay de más miserable que nazcas y que mueras y nadie te conozca?

Eso es lo que ya no queremos que se repita. No queremos que se repita la gente que no nace y que no se muere. No existe. No existe para ti, no existe para el público, no existe para Fox ni para nadie. Fuera de sus familias, no existieron para nadie".

El diputado Raúl Rogelio Chavarría Salas es un legislador de 48 años que no fue elegido de manera directa, pero que resultó beneficiado por la mayoría relativa en el distrito 02 con cabecera en San Juan del Río, Querétaro.

Es un cirujano dentista con estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México con especialidad en endodoncia en la Universidad de Guadalajara.

Actualmente realiza labores dentro de las comisiones de salud, medio Ambiente y recursos naturales, para el Campo y para Arabia Saudita. trabajos por los cuales tiene un pago extra a su dieta.

El diputado Chavarría, como los demás integrantes de la LIX Legislatura, tiene una dieta neta mensual de 64 mil 168 pesos, además de apoyos para actividades legislativas. Por asistencia legislativa 19 mil 688, más 24 mil 415 por atención ciudadana. Total: 108 mil 271 pesos.


Además de la cifra anterior, el diputado Chavarría Salas tiene derecho a ayuda de despensa, prevision social multiple, apoyo de transporte, apoyo para capacitación, prima vacacional, gratificación de fin de año, prima quincenal y "otras prestaciones por convenio".

Poco puede decir el diputado sobre la pobreza.

Pero hay algo de razón en lo que dice el legislador, porque para Chavarría Salas los indígenas pobres no existen.

Artículo publicado originalmente el 16 de octubre en el blog De Tocho
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