domingo, 19 de abril de 2020

Nosotros... los que nos creíamos dueños del Universo...

Náufragos en nuestro departamento o nuestra casa, hemos entendido el mensaje de la naturaleza… somos más pequeños de lo que teníamos como sospecha.

Como náufragos en nuestro departamento o nuestra casa, hemos entendido el mensaje de la naturaleza… somos más pequeños de lo que teníamos como sospecha.

Ya nos veíamos micróscópicos frente al tamaño de los planetas y casi inexistentes en el mar de galaxias que nos rodean.

Ahora, hemos visto que somos una raza inferior a un bicho del tamaño de un virus.


Nuestra soberbia apenas ha podido superar poco a poco las noticias que detonaron desde China, cuando el ahora, enemigo número uno del hombre, el Covid-19, como se le conoce al coronavirus que nos acosa, saltó de un mercado al mundo.

Así nos ha traído locos, infectando uno a uno y matando cada que encuentra oportunidad.

Cientos, miles han sucumbido ante este enemigo común como si viniera a hacer ciertas las peores pesadillas de la ficción humana.


Ninguna pastilla, ningún santo, ningún dios nos ha servido para detener la ola pandémica que nos tira como si estuviéramos formados en una fila de fichas de dominó.

Pero, el virus también ha servido para exhibir que no hay reyes, ministros o gobernantes que sean lo suficientemente capaces para encontrar la solución a la crisis.

No hay frente al Covid 19 diferencias entre el primer, tercer o quinto mundo.

El coronavirus nos pone en nuestro lugar, somos para el virus lo mismo, así sea nuestra piel morena, negra, amarilla, blanca o naranja, que en esto no hay fronteras, ni ideologías.

Igual nos infecta si somos empleados, jefes o gobernantes.

El virus ha sido el mejor factor para mostrarnos que todos somos iguales, que por dentro tenemos todos los elementos para incubar y matarnos cortándonos el paso a uno de los recursos del que más abunda, el aire.

Somos nada estando en la izquierda o la derecha, somos nada si rezamos a Alá, Buda, Jehová, Cristo o al Dios de nuestra preferencia, somos lo mismo si soltamos plegarias o nos defendemos con la ciencia y la tecnología.

Como nunca nos hemos visto solos y desprotegidos alrededor de cuatro paredes rodeados de nuestros seres queridos y hemos aprendido a olvidar lo que es el abrazo al amigo y el beso a los seres amados.

Nos estamos muriendo solos mientras nos vemos unos a otros, impávidos ante el temor de que el enemigo invisible se meta a nosotros por la boca, la nariz o los ojos.

Nos peleamos por un pedazo de trapo, por rollos de papel, por gel antibacterial o cualquier desinfectante marca registrada lo que nos invita a reflexionar qué vendrá cuando se cure el mundo.

Somos nada con un montón de dólares en la mano, somos nada sentados en un barril de petróleo, somos nada de izquierdas o derechas, somos nada cuando hemos presumido nuestra soberbia de ser todo y lo más grande del planeta.

¿Cambiarán los gobiernos, cambiará la visión del político que por naturaleza es egoísta, cambiará el ambicioso empresario que paga sueldos de miseria y lleva las utilidades al tope de su beneficio, cambiará la gente para darse cuenta que este planeta sólo necesita seres humanos de buena fe.

Hoy nos refugiamos en casa mientras el miedo empieza en el patio, vamos por la calle sin respirar, temiendo de los ruidos naturales que todos conocemos.

Hoy le tenemos miedo al bostezo, a la tos, al estornudo, bromeamos nerviosamente cuando lo hacemos… usamos el brazo para esconder los temores de un catarro y nos avergonzamos como si tuviéramos la peor de las enfermedades, pero solo es el pavor de sabernos frágiles.

No sabemos cuándo va a acabar esto, pero ha sido una buena lección para los seres humanos y nuestra soberbia, y no, no es castigo de Dios, es la simple naturaleza que nos pone en nuestro justo lugar, como lo ha hecho con el poder de un volcán, un tornado, un huracán o un meteorito.

Mientras termina esta pesadilla oportuna que nos baja de la nube, no nos queda más que guarecernos bajo la palmera de nuestra isla dentro de nuestras habitaciones, como si esta fuera la cárcel que merecemos por creernos los dueños del universo.

domingo, 5 de abril de 2020

El Covid19 y el enemigo en casa

Ustedes que andan en redes sociales seguramente ya se dieron cuenta de que México no sólo está enfrentando al Covid 19 si no también a un sector de mexicanos que mantiene su apuesta a que todo se descomponga y se regrese a los oscuros tiempos del poder absoluto y los privilegios.

 
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Es complicado entender la naturaleza de esa Oposición ya que manifiestan una mezquindad total y antes que poner su granito de arena tratan de llenar los medios que tienen a su alcance con críticas e información, que cuando no es falsa, es manipulada, acomodándola a un discurso que se disfraza de responsabilidad.

En el peor de los casos, voces que en su momento tuvieron las riendas del país, como el ex presidente Felipe Calderón, encabeza los temas que permean en ese sector que no puede ocultar sus fobias.

Han llevado la libertad de expresión al manoseo del humor mal intencionado, porque para serles sinceros, uno disfruta mucho del buen humor, incluso de la Oposición (que no lo hacen tan bien), uno disfruta de las críticas y los cuestionamientos inteligentes, pero en los casos mencionados, lo único que vemos es de denigración del humor, que de por sí vive sus peores tiempos.

A estas alturas parece que la única vacuna que sirve a la pandemia que representa este grupo es el voto efectivo y masivo como ocurrió en el 2018, o bueno, también una cura, siendo fobia, quizás sea una visita a un psicólogo pudiera acabar con este mal.

El sector de la Oposición tiene un discurso extraño, apenas se habían consolidado los apoyos a la población más necesitada, vía becas a diversos sectores, salieron a criticar el uso de recursos para la gente… y en cuanto se vio la necesidad de detener las actividades, reclamaban dinero para empresarios.

No les gusta la igualdad. Quizás lo que les altera es que se esté haciendo efectivo aquello de primero la gente.

Evaluando la situación, no niego que los empresarios aportan, pero hay que considerar que ellos también se benefician del trabajo de sus empleados… por ello, la medida del apoyo a la población tiene prioridad sobre la Iniciativa Privada, porque esos empleados, son la base de la economía, es decir, y primero la gente.

Ahora, por las dudas que anteponen a las cifras que se reportan de casos, que para este 3 de abril ya sumaban 60 decesos y mil 688 casos reportados, quizás su naturaleza los haga pensar en que forzosamente el Gobierno oculta los números, como siempre se hizo en los tiempos del PRI y PAN.

En este podcast, aunque es cierto que hay que poner fe y las mejores intenciones para enfrentar al coronavirus, apostamos por la ciencia, el desarrollo y una justa administración de los recursos para que los beneficios se esparzan a todos.

No es la primera vez que México enfrenta una situación sanitaria intensa, ocurrió con la polio, con el sarampión, recientemente enfrentaba al dengue con uñas y dientes y se topó sin consecuencias graves al A H1N1, así que el Covid19 pasará dejando esta cifra lamentable que se reporta todos los días.

México ha podido con crisis económicas donde los gobiernos y cómplices no se tocaron el corazón para manipular las soluciones sin tomar en cuenta a la población, entonces podrá con esta si hay disposición de la administración de López Obrador, y claro que también podrá con esos enemigos dentro de la casa.


El cinismo contra el Coronavirus

Hoy, que finalmente se tiene un Gobierno que en teoría está dispuesto a cambiar las cosas, al menos eso es lo que nos ofrece, los mexicanos no se ponen de acuerdo y un sector simplemente parece que es el “Masiosare” de la película, el enemigo en casa.



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No sé bien, pero hace ya muchas décadas que el país se jodió por la ambición y corrupción política, todos lo sabemos muy bien, fue la cultura del PRI y el control de todo, el regalo clientelar, etc… pese a eso, el país, y para bien, el país no se dividió, todos resultaban beneficiados, la mayoría con limosnas del sistema y una pequeña minoría, con jugosos contratos y beneficios fiscales… 

Pero, llegó el momento de la división y México tronó. Hoy ese sector que requiere de mantener los beneficios de antaño, hacen todo lo posible y para su mala suerte, con pésimos resultados, en mediatizar y sobrevalorar cualquier tropezón del Gobierno, cualquiera, tanto, que apenas tiene un pequeño impacto uno, cuando ya están proyectando otro, casi todos en forma de hashtags, memes o videito basura.

Un día crearon una insulsa campaña del “peligro para México” y de ahí para acá, la ruptura llegó a la población. Nunca la Oposición había sido capaz de acusar, aún al más ruin, ratero, corrupto o hipócrita de nuestros gobernantes, porque hasta eso, en el fondo, y lo digo a título personal, ninguno de ellos planeó el deterioro del país, eran insolentes e incapaces y cómplices en su círculo.

Hoy esta élite, responsable de esa división, se lava las manos y acusa a López Obrador de ser quien divide, vaya cinismo.

Lo anterior pega muy duro ante una crisis que se multiplica y golpea como en mesa de billar.

De la salud, pasó a lo educativo, a lo económico y con todo lo que implica, en las esferas oficiales se trata de que no pase a lo social, como comienza ya a ocurrir en algunos países.

La información oficial dice que a este 1 de abril de 2020, la cifra de muertos supera los 30 y que son más de mil 500 casos de contagio. Que se busca que se aplane una curva que parece la primer subida de una montaña rusa.

Los corifeos de la catástrofe se frotan las manos de que todo se caiga, pero no toman en cuenta, que pese a que el marco legal de las instituciones sostienen muy bien al actual gobierno, lo que menos conviene en este momento es una crisis política… no la hay por más que aparezcan los apocalípticos.

El quédate en casa es correcto y en medida de lo posible, todos los mexicanos deberíamos estar haciendo nuestra parte y no estar queriendo poner el pie, ya no a un Gobierno, sino al país, creo que es momento como aprender de muy buenos ejemplos que tenemos por doquier… hasta los rusos están mandando ayuda a Estados Unidos.