lunes, 23 de marzo de 2009

Colosio, la historia de los priistas

La historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta sintetiza la historia del PRI...

Hoy, el personaje quiere imponerse por los priistas como un mártir, como un hombre que sugería cambios y que gracias a su visión fue desplazado en la última consecuencia, su muerte. Simulación, la mejor obra del Partido Revolucionario Institucional.

Sin embargo, los priistas se guardan muchas historias detrás de Colosio, histórias públicas que los medios han difundído por años y que sólo llega a un grupo de lectores que no creen en esa historia de héroes priistas, impuestos...
Colosio, el priista.

Luis Donaldo Colosio, fríamente, ha sido utilizado para mostrar los actos más sublimes en el lado amable de la política, todo para ocultar los más perversos, entre ellos, obvio, el poder.

Colosio, hoy, a 15 años de su muerte parece un mártir, un ser digno de elogios sin darse a conocer que los antecedentes del hombre de Magdalena de Kino era muy parecidos a los de sus correligionarios, entre ellos, Manuel Camacho Solís, Manuel Bartlett, Manlio Fabio Beltrones, Carlos Salinas y por su puesto, su coordinador de campaña que terminó beneficiado con su muerte, Ernesto Zedillo.

El candidato ejecutado, cuya investigación terminó como todos los asesinatos de este tipo, con más dudas que respuestas, fue el administrador de los dineros con fines sociales del gobierno de Salinas, fue el encargado de la política agraria y de ecología, entre otras.
Colosio idealizado, el héroe de los priistas.

Desde estos puestos trabajó activamente para su partido, promoviendo beneficios temporales para la sociedad a cambio del voto hacia el tricolor. Distaba muy poco del priista tradicional, ese que pasa de diputado a senador, a presidente del partido, a secretario de estado, etc, haciendo siempre labor personal y de grupo. Era lo mismo que cualquier priista del 94.

Era otro priista, un priista que de no haber sido asesinado hubiera gobernado con todos los compromisos adquiridos para llegar a la Presidencia. Priista por cierto, cuya campaña estaba en el hielo, fría, sin levantar, sin credibilidad y en algún momento, por debajo de las preferencias electorales encabezadas por Cuauhtémoc Cárdenas.
Los priistas en Veracruz, vendiendo la idea del "héroe" a una generación que no lo conoció.

En 15 años, aún los priistas que se desgarran las vestiduras por la muerte de Colosio, siguen reclamando y a la vez olvidando la historia del hombre de carne y hueso que estaba involucrado en ese mundo de conveniencias priistas. Recuerdo que en aquellos tiempos entrevisté a Porfirio Muñoz Ledo y a la pregunta de su opinión sobre las muertes políticas reviró algo así "Esas 'muertes' son asesinatos, ejecuciones, venganzas entre priistas".

A la fecha, tras unas serie de comisiones especiales que estudiaron el caso, después de millones de pesos en gastos de investigación y estatuas, tras los millones que le dieron de sueldo a Luis Colosio Fernández, que de la nada se volvió senador sin más mérito que haber sido padre del sacrificado, después de mantenerse oficinas de la "Fundación Colosio" (excelente escalón político) por todo el país, con una lista interminable de procuradores y de muchos, muchos eventos públicos "in memóriam" donde se usó dinero del pueblo, nadie sabe con seguridad si Mario Aburto Martínez efectivamente fue el desquiciado asesino solitario. No se sabe ni siquiera si él es el mismo Mario Aburto Martínez.

Pocos recuerdan que el hoy líder priista de la Cámara de Diputados Manlio Fabio Beltrones lo "interrogó" en un vuelo, pocos se preguntan por la figura de Joseph Marie Córdoba Montoya, por Domiro García Reyes, por Othon Cortés, por cada uno de los subprocuradores "especiales" para el caso: Miguel Montes, Olga Islas, Pablo Chapa y Luis Raúl González Pérez.

Hoy se ve con vergüenza como los priistas ocupan a niños para llevarlos a homenajes a Colosio sin poder argumentar que tipo de héroe es, hoy los mismos protagonistas de aquel momento se vuelven escritores inconcebibles que publican libros oportunistas y por supuesto, el PRI hace de cuenta que tiene un héroe que en tiempo electoral aun puede darle votos para seguir en el poder, como ocurrió en 1994.
En Veracruz, así lo recuerdan.
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