martes, 10 de marzo de 2009

Otros tiempos para Proceso

Admiro el trabajo de la revista Proceso. Sin dudas. Pero también lo cuestiono.

Por años he esperado los domingos para ir más allá de la nota, ir al análisis, revivir el antecedente, ver los restos organizados luego de que se urgó en la basura... porque así se ha hecho esa labor periodística.

Proceso ha sido, desde 1976 un referente constante en la vida del país. Pero, algunas cosas ha cambiado.

Ha tenido varios tropezones, ha tenido que tragarse sus palabras y ha sido antidemocrática en el momento menos oportuno.

Se tropezó al perder a Carlos Marín y Froylán López Narváez, al despedir a Francisco Ortiz Pinchetti y Francisco Ortiz Pardo, cuando ocurrió aquella desbandada en la que se fueron piezas como Gerardo Galarza, Pascal Beltrán y Carlos Puig.

Se tropezó tambien cuando comenzó a tomar como fuentes informativas otras revistas, sobretodo del corte de nota Social y cuando hay un aroma de crítica innecesaria en lo que debería ser un análisis profundo.

Julio Scherer García, fundador de la revista es "poco conocido" por sus lectores que sólo tienen de él esa prosa informativa que brilla en sus libros. Su imagen sólo se conoce por aquella entrevista inconcebible que le realizó al Subcomandante Marcos el 10 de marzo de 2001, y no por haber dialogado con el líder rebelde, sino porque la plática se transmitió por Televisa.

El no da entrevistas, se ha dicho hasta el cansancio y él mismo lo ha presumido. Y efectivamente, no recuerdo una entrevista con Scherer.

Sin embargo, luego de la promoción de su entrevista-libro con Sandra Avila Beltrán (la Reina del Pacífico), Scherer aparece entrevistado en lo que parece su estudio para la televisora estadounidense CBS.

"Reacio a ser el centro de la atención pública", dice su ex compañero de batalla Miguel Angel Granados Chapa, pareciera que Scherer esta vez cedió, quizás al peso del medio o a su necesidad de promover su libro.

Lo que fuera, el periodista está ahí, hablando de su experiencia.


El video en el sitio de CBS News

Siguiendo con Proceso


En la redacción, cuando vimos la foto de la agente ministerial que asistió al motín del penal en Ciudad Juárez, Chihuahua, se desató una polémica. Qué movería a publicarla.

Como material fotográfico era invaluable. Pero distinguirla como un motivo informativo era otra cosa. Es una imagen artística, pero no reflejaba en lo absoluto el ambiente de violencia, ni la inseguridad, ni la situación del motín donde hubo 20 muertos.

Me recordó una fotografía de la agencia Reuters que, en lo personal, fue impactante para mi por allá de 1993 cuando se convulsionaba la región Bosnio-serbia.

En pleno enfrentamiento, una mujer vestida de ejecutiva no perdía el glamour mientras caminaba de prisa por una calle de Sarajevo mientras desenfocado un grupo de personas corría tras de ella intentando protegerse de las balas. El viejo fotograma aun debe andar entre mis cosas, si lo recupero lo subo.

Proceso sí tomó la imagen para su portada del 8 de marzo y le agregó una tendencia muy cargada para lo que representaba la foto.

Seguramente fue intenso el debate por esa portada, pero, no por el gran acierto periodístico de la noticia, sino por una imagen que nada tenía que ver con balas y muertos.

Para los "exquisitos" del respeto a las imágenes, vale la pena mencionar el "tratamiento" que le dieron a la foto. Si se pone atención se ve manipulada, aunque esto no represente ningúna relevancia informativa. En la imagen de la portada, el fondo desenfocado está ampliado para cubrir el espacio de la tapa. En la original, arriba, la imagen del fotógrafo Miguel Tovar distribuída por la agencia Associated Press se muestra sin la extensión de las figuras.

Y como extra, un trascendido... dicen tristemente, que la revista Proceso está en proceso de venta. Ojalá no.
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