El presidente Vicente Fox, no agradece a los economistas o a la situación internacional su visión de lo que llama "gran estabilidad política, económica y social", sino que agradece a dios.
En el momento que, la mala fortuna toca y hace coincidir el desafuero de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con la muerte de Juan Pablo II, el presidente Fox decide dar más opio, más droga a una población que se ha tragado hasta la última historia del jerarca católico fallecido, y aplica un inverosímil e inédito "duelo nacional", programado para el viernes 8 de abril, tiempo en que el jefe de gobierno capitalino estará ya separado de su cargo, si los pronósticos no cambian.
La manipulación de masas no es nueva vía medios de comunicación, eso es lo de menos, pero la evidencia que deja el mandatario de origen panista lo deja claro, que hay mucho fondo en la presunta negociación que hubo entre el gobierno que encabeza con la cúpula priísta liderada por Roberto Madrazo, que al viejo estilo, dice que quiere a AMLO en las boletas electorales del 2006, pero está visto que la orden fue dar el desafuero. Quién cree en la autonomía de los legisladores priistas de la Sección Instructora que se encargo de dar paso al juicio de procedencia contra López Obrador.
Fox por su lado, alimenta la distracción de los mexicanos dando ese "duelo nacional", se va tranquilo sabiendo que las órdenes se están siguiendo al pie de la letra, y que en nombre de una ley que jamás se ha respetado en México (algo que los expertos están llamado "justicia selectiva" a propósito del desafuero), se destruye al adversario.
No se ven las magnitudes de importancia para tener un "duelo nacional", el estado mexicano está declarado laico y distinguir la importancia de Juan Pablo II no implica involucrar a todos los mexicanos en la orden presidencial, que tendría que estar más preocupado en los riesgos que implica una pifia de orden judicial en el caso de AMLO, que por el deceso del Papa.
Los cartonistas han sabido sintetizar muy bien las cosas, cada cual desde su trinchera, y hasta Calderón, el principal exponente de la caricatura de derecha, ve con preocupación el caso de desafuero, cuando en otro momento, lo apoyó en medio de esa legalidad alrededor de un pedazo de terreno y un documento sin acatar, mientras la democracia va con rumbo al carajo. Y Fox, como bien apunta Tere, rezando en El Vaticano.
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