La jornada del miércoles 10 de marzo en la Cámara de Diputados debería quedar grabada con letras de oro en los muros de la misma, como una manifestación de descaro, hipocresía y engaño... fue una oda al valemadrismo de los legisladores por la vida del país...
Enredados en un acuerdo que evidencia que entre políticos, lo que menos interesa es la vida nacional, PAN y PRI hacen de la vida legislativa un show con pastelazos en un ring lleno de estiércol.
No son las ideologías, no son las alianzas, no son las reformas, no es el bienestar del mexicano ni la justicia en las leyes, es el mero poder.
Por un lado Beatriz Paredes, enquistada en la vida pública desde los años setentas, alumna del priismo que no es ni benéfico, ni dañino, sino todo lo contrario, por el otro César Nava, joven aprendiz de la política de campañas negras panistas, de amiguismo, de compañeritos de escuela de derecho... aprendiz en el fondo... alrededor de eso el Secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, jugando a lo que parece que no supo controlar hasta reventar su afiliación panista...
La guerra de palabras expone una ambición desmedida desde el mismo poder, pone a estos protagonistas como grandes payasos de la política, pero, completamente ajenos a cualquier reclamo, también en esta línea está la comparsa de diputados que se levantaron como defensores de las partes haciendo discursos ridículos donde unos metían las manos por Nava y otros por Enrique Peña Nieto.
Paredes y Nava, ambos presidentes de sus partidos, pero a la vez representantes desde una curul, no se les ha visto preocupados por rendir cuentas a los votantes que confían cada tres años en que desde el Congreso algo bueno puedo salir para sus vidas. Los discursos en el Pleno fueron siempre en torno de ese acuerdo que por ningún lado beneficiaba a la población, pero eso sí, discutido en la máxima tribuna del país.
Los pocos televidentes que disfrutaron del show en el Canal del Congreso, que serán una minoría, habrán aprendido de lo que es la vida representativa en México. Una basura.
Y lo peor, no pasará nada, por ese mismo lugar pasaron Pemexgates, Fobaproas, Amigos de Fox, videoescándalos, desafueros forzados, fraudes electorales y otras linduras... y no pasó nada...
¿Dónde podemos reclamar los mexicanos que emitimos un voto? ¿Dónde podemos pedir la renuncia de esta gente que exhibe que sólo les interesa estar en el poder a costa de lo que sea? ¿Dónde podemos meter un reclamo que pida castigo, uno válido que supere el injusto fuero que protege a los diputados?
Si alguien lo sabe, que avise, para que podamos hacer un justo reclamo a estos personajes, claro, después de que regresen de su puente primaveral.
jueves, 11 de marzo de 2010
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