Pero, no hay nada que hacer... sólo exhibir. Así lo hizo Reforma con el audio del gobernador Fidel Herrera,
Es sabido que los gobiernos manipulan las situación para beneficio electoral de sus partidos. Veracruz no es la excepción, también se sabe que los gobernantes, de todos los niveles, aprovechan las, para ellos, hermosas lagunas legales, para beneficio propio y de sus partidos, y Veracruz tampoco es la excepción...
Podrían llegar más y más grabaciones como esa, donde Herrera dice “Lo que tenemos que hacer es lo que venimos haciendo, esta elección la venimos haciendo desde hace tres años casi, o por lo menos, desde hace mil días, es nuestra elección”... y nada va a pasar...
O esta otra frase, en presencia del mismo gobernador que con su silencio otorgaba la verdad puntual de lo que su entonces subsecretario de Protección Civil Ranulfo Márquez dijo: “El gran aliado del partido es la estructura de gobierno que son ustedes; de todos los coordinadores distritales y municipales, tienen experiencia y saben de qué se trata toda una elección, lo qué es una jornada, quien gana la calle el día de la jornada, gana la elección".
"El gran aliado del partido es la estructura de gobierno". No hay problema, no hay nada ilegal.
Podrían exhibirse más y más grabaciones, y no pasará nada. Todos los políticos, no sólo de Veracruz sino del país, de todos los partidos, no sólo del PRI, han aprendido muy bien con la ley como evadir la justicia.
La vergüenza impresa
Sería un reto interesante para el diario Centinela de Veracruz checar sus costos y ver si cuadran sus estados de resultados y sus balances como para considerar cobrarlo. Presumen 100 mil ejemplares de circulación, pero, la publicidad en sus interiores, pareciera que no es la suficiente para soportar el tamaño de su producción, distribución, promoción, costo de servicios y operaciones.
Antipanistas a ultranza y defensores en ese mismo tenor del gobierno del Estado, promotores de la fidelidad y generosos con el elogio a candidatos priistas, los trabajadores de Centinela han apostado por un periodismo inexistente... porque evidencian que no hacen periodismo. Han puesto la labor editorial en una decadente tablita donde sus lectores lo enjuician y ubican en lo que parece que es, un periódico... pero evidentemente no hay tal...
El reto, es, si sus cuentas no cuadran, de que "el periódico que no se vende", optara por ponerse un precio (al público, claro)... aunque es posible que el riesgo es que su actual eslogan tuviera que cambiar por el de "el periódico que nadie compraría".