Las encuestas de Reforma, que dan un empate técnico entre candidatos y que han servido de agarradera para los promotores del regreso del PRI a la Presidencia y de un gobierno de derecha, merecen muy poca opinión ante la manipulación de cifras y, particularmente, por haber ignorado hechos que afectan efectivamente la "intención del voto". Por ejemplo, que mientras Roberto Madrazo se hundía entre el lodo de sus actos, también lanzaba salvavidas publicitarios pagados con millones de pesos, y que en la misma situación se encontraba Felipe Calderón, anunciándose en horario estelar y haciendo alianzas con Elba Esther Gordillo, Andrés Manuel López Obrador hacía una campaña por tierra y evitó la publicidad comercial, salvo la atención que llamó de los noticiarios y entrevistas en radio y TV.
Además de las suspicacias que despierta Reforma, se está evidenciando, que si la realidad no es suficiente para bajarlo de las preferencias, a costa de números manipulados, que grupos de poder o intereses, sí pueden mover la información en contra sentido del popular "Peje".
Sin embargo, la encuesta no garantiza nada, al menos, uno de los protagonistas publicitario, como lo es Televisa, lo dio a conocer a través del programa "El cristal con que se mira", donde el sondeo telefónico arrojó que más del 80 por ciento, de unos tres mil participantes, dijeron que las encuestas no harían cambiar su intención del voto.
Es curioso, pero esto hace recordar una irónica frase que dice "De acuerdo a una encuesta, el 90% de estas no son confiables".
miércoles, 23 de noviembre de 2005
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