miércoles, 27 de julio de 2005

El dolor de los desmentidos y el periodicazo

Debe ser vergonzoso sentir un desmentido cuando estás involucrado en el periodismo. Se debe caer la cara, y por sobre el ridículo y sobreponiéndose al error, es necesario doblegar el esfuerzo y no volver a cometer un análisis erróneo, a esforzarse por el ángulo correcto, a hacer el trabajo bien, nunca a responder o golpeteando para recurrir al barato "periodicazo".

Es deber, para quienes consideramos que los viejos malos tiempos no deben regresar, por la simple razón de informar, dar los focos rojos, evidenciar la mentira para quitar sus instrumentos a las malas opciones de gobierno.

Crónica, el diario priista dirigido por Jorge Kahwagi padre, en sus intentos por golpear a Andrés Manuel López Obrador, se hunde en su falta de profesionalismo y se está acostumbrando a los autogoles.

Pensando en una nota monumental, que no hay tal, aseguró que el Instituto de Ingeniería de la UNAM en ningún momento había avalado la calidad ni la seguridad de las obras del Distribuidor Vial San Antonio ni del segundo piso de Periférico. Y se tropezó con el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México, Jorge Pérez Montaño.



Encantados por el hallazgo se quedaron con la versión de del director de dicho instituto Sergio Alcocer y se encargaron de darle el ángulo "correcto" a su primicia.

No contaron con el desenmascaramiento que hiciera el mismo Alcocer. Dijo entre otras cosas en una carta entregada al chileno Pablo Hiriart, director del diario:

El título y el contenido del artículo tergiversan el sentido de mis comentarios, ya que en ningún momento señalé que el Instituto de Ingeniería de la UNAM no avalara la calidad del Segundo Piso, ni del Distribuidor Vial San Antonio. Y, las propuestas del Instituto han sido analizadas en todo momento y las recomendaciones emitidas han sido siempre tomadas en cuenta por los responsables del proyecto. Asimismo, las pruebas de carga indicaron un comportamiento satisfactorio respecto al calculado.

Pero Crónica no se quedó con el golpe, sino que en el berrinche, se dio el lujo de golpear a una institución como la UNAM, y recurrió al barato recurso del periodicazo. Y no buscó quién la hizo, sino quien la pagara. Dijo en su editorial:

¡Qué pena dio ayer conocer el desmentido de la UNAM!
No se vale que una institución con tanta gloria se maneje así.
Decir que no dijo lo que dijo uno de sus más importantes investigadores, sólo para agradar a un gobernante, daña a la universidad, no a quien publicó lo que tiene grabado.
¡Qué bueno que el rector Juan Ramón de la Fuente declaró que no aspira a entrarle al juego de 2006!
Ni pensar en lo que sería capaz de hacer con el país cuando los poderosos de otros lados lo presionaran un poquito.
Ni pensarlo.



Y con el colegio de ingenieros, ocurrió lo mismo a los editores del diario. Primero aseguraron con un escandaloso "Errores bárbaros en el 2do piso: Colegio de Ingenieros" y después fueron desmentidos.

Lo peor, es la acusación que hace el diario, cuando señala que López Obrador está acosando fuentes y no da fundamentos, no da pruebas, no hace periodismo sino acusa sin razón.

Dice en la carta de respuesta: "Lo que sí queda claro, para nosotros, es que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha vuelto a usar el método de presionar a las fuentes informativas de un diario para que se retracten de sus puntos de vista". Pero no dice por qué asegura esto.

Alerta para quienes, pudieran creer en esos titulares que aparentan grandes hallazgos periodísticos que salen de la línea otorgada por priistas y verdes.
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