lunes, 1 de febrero de 2010

¿A dónde vamos?

¿Qué se tiene que hacer ahora? ¿A dónde va la violencia?.

Ya se ha hablado aquí de esa tendencia que toma el crimen organizado de aplicar medidas terroristas cuando se siente acosado, pero las cosas no se habían tornado tan amenazantes porque parece que ahora los ataques se realizan al azar...

Se sabe que el crimen organizado está muy bien informado, cuando lo desean ubican a las autoridades y se anticipan a la presencia de las autoridades, es complicado pensar que en los lamentables asesinatos de 18 personas, casi todos jóvenes, haya sido un error. O tuvieron "sus razones" o fue al azar.

Por las declaraciones de los padres de familia, que desafortunadamente no siempre tienen la información real sobre sus hijos, pareciera que efectivamente fue un error o un ataque insensible donde sin medir consecuencia arrasaron con la vida de jóvenes deportistas.

Tan lamentable como la otra masacre de la cual se habla menos, la de Torreón, Coahuila, donde hubo 10 muertos y 16 heridos en varios bares de la ciudad, tan dramático como la matanza de cinco personas en Sinaloa donde 3 fueron mujeres de entre 16 y 22 años. Tan preocupante como que en enero fueron 904 muertos relacionados con el llamado "crimen organizado".

Más muertos que en cualquiera de las guerras "activas" que padece el planeta. Muchos hombres en llamas (I y II, posts anteriores).

¿Entonces, hacia dónde se va esta violencia? ¿En qué clase de guerra estamos? ¿Quién es el enemigo que hace palidecer los crímenes de asesinos seriales como Ted Bundy, Jeffrey Dahmer y Andrei Chikatilo? ¿Quién nos cuida?... ¿Para qué pagamos impuestos?, cuestionó una de las madres que hoy lloran en Juárez.

¿Para qué?, si las autoridades federales, a quienes incumben estos crímenes ni siquiera se aplicaron a decir algo al respecto en las primeras 24 horas, si el presidente Calderón prefiere presumir logros contra la criminalidad en Japón, si el encargado de seguridad pública prefiere renunciar para ir a la alcaldía de Juárez por el PRI.

Y muy lamentable, por otro lado, que las autoridades se muevan rápido para investigar el atentado contra el futbolista Salvador Cabañas.

El gobierno del DF y el federal fueron ágiles en cerrar un negocio, en buscar a responsables, en hacer un retrato hablado y descubrir identidades, en bloquear cuentas bancarias, en vigilar horarios y aplicar sanciones...

Y si Cabañas no hubiera sido el goleador del América, si hubiera sido defensa central de Jaguares... y si Cabañas sólo hubiera sido un jugador amateur de Ciudad Juárez... y si sólo hubiera sido un estudiante o 18 jóvenes... ¿las autoridades habrían actuado igual?... ¿y si Cabañas hubiera sido alguno de tus hermanos, tú o yo?...
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