Si bien es cierto, que todos los humanos buscamos influir en una atracción a través de la ropa, la Iglesia se equivoca al hacer una acusación tan ligera.
Las minifaldas y los escotes tienen la culpa de las agresiones sexuales: López Rodríguez
Los hombres, en lo general, quizás reaccionan de una manera diferente si ven a un niño de 8 años vestido de shorts y playera, sin embargo, un sacerdote es capaz de sentirse provocado por el niño y sus prendas, como ocurrió con el cura Jesús Sándoval González acusado de abuso contra cuatro menores.
Jesús Sandoval, sacerdote detenido
Los niños seguramente no llevaban escote y minifalda... pero fueron atacados sexualmente por ese hombre con túnica, protegido por el poder de la Iglesia que seguramente se moverá en el ámbito político para librar el cargo.
A propósito, en Veracruz, donde "los niños no se tocan", poco se ha tocado este caso en las esferas estatales.
Es sábido, los sacerdotes tienen actividad sexual, se dice, se insiste, se comprueba... incluso se habla de estadísticas mayores que proyectan que 60% de los sacerdotes tienen sexo, con otros hombres o mujeres.
Y otras estadísticas que darían mucho qué decir en una discusión con el clero que dejara por un momento asuntos de fé y otros temas subjetivos como el cacareado Encuentro Mundial de las Familias, por ejemplo que 95% de los sacerdotes se masturba, que 26% de ellos abusa de menores, que 20% tiene prácticas homosexuales y que 12% tienen pareja. Que escotes ni que minifaldas.
A propósito, el Encuentro Mundial de Familias, inaugurado por el presidente panista Felipe Calderón, está coordinado por el obispo Jonás Guerrero, un cercano colaborador del cardenal Norberto Rivera que ha sido señalado de encubrir casos de pederastia.
No tienen madre.