La noticia que lee Cargamento en la BBC es para reirse de la incoherencia multiplicada de la Iglesia católica... por años, artífice del retraso y los peores ejemplos humanos, incluso, culpable de la decadencia de la fe.La Iglesia se ensalza de llevar el mensaje de Dios, de humildad envuelta en oro, presume de abonar a la moral con sacerdotes pederastas, se autoelogia de hacer el bien siendo mala.
Hoy quiere excomulgar narcotraficantes, pero no recuerda algunas historias.
Un alto asesor del Papa Benedicto XVI sugirió que la excomunión podría utilizarse para castigar a los narcotraficantes en México.
Ahora consideran algunos factores: su "preocupación", la "inseguridad" que genera, la "gravedad" del delito y otras razones.
En 1993, luego de aquel conflicto desatado y controlado por el gobierno de Carlos Salinas que fue el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, los narcotraficantes, participantes en el crimen se alojaron en la Iglesia bajo la sotana del representante del Vaticano Girolamo Prigione y por supuesto, un grupo de sacerdotes mexicanos que permitieron la llegada de los hermanos Arellano Félix a la sede católica en México.
Y en 1995 también hubieron esas reuniones. Y la prensa lo dijo muchas veces.
Los narcotraficantes intentaban aclarar que ellos no habían asesinado premeditadamente al cardenal, sino que intentaban asesinar al Joaquín Guzmán Loera, alias "el Chapo", su rival histórico, y que en el intento, ejecutaron al religioso que viajaba en un Grand Marquís blanco.
Al final, la Iglesia los recibió, pero no los denunció. Tampoco el gobierno hizo algo.
La Iglesia, como los políticos mexicanos, saben que la población tiene una memoria histórica muy corta, que pasados algunos años, los "malos ejemplos" pueden ser tomados para revertirse y aparecer como paladines de algo, en este caso, como defensores de la población ante la amenaza del narco.
La Iglesia mueve esa pieza ahora que quizás las narcolimosnas empiezan a ser menos, porque hubo un tiempo en que las presumieron los sacerdotes.
Esa actitud de la Iglesia ha dañado severamente al país y sus pobladores, y no ha habido gobernante que meta la mano, al menos, para cobrarles impuestos de sus generosas ganancias.
Y lo peor, ya quieren su partido político.
Opinión de Alberto Barranco sobre las narcolimosnas
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