lunes, 9 de abril de 2012

La unidad priista se llama complicidad...

"La unidad" es complicidad...

En 12 años, el PRI esperó, se rehizo entre las cenizas y se puso un objetivo claro, recuperar el poder que le dio miles de beneficios a su cúpula en 70 años.

El PRI tiene el know how de lo que Vargas Llosa llamó "la dictadura perfecta", lo saben bien, está en su ADN.

¿Cómo lo hizo?. El PRI en el poder ató a todos los poderes, los comprometió para que trabajaran para el tricolor. Nada que no se sepa y sea público.

Así, tenía a los sectores comiendo de su mano con los líderes asegurados en un poder.

Basta recordar esas fotos donde líderes de campesinos, y cabezas sindicales de obreros, maestros, artistas y comunicadores, así como empresarios y religiosos sonreían satisfechos junto al presidente en turno, presidente priista por supuesto. Y no olvidemos a la supuesta representación social o popular.

Todo fuera de los sectores priistas eran "oposición", "rebeldes" o "disidente". No se les veía, ni se les oía.

Era, es, "la unidad".

La supuesta fortaleza que hoy los priistas presumen no se basa en el "hartazgo" de la población y en los deseos de un "cambio".

No, en los últimos 12 años, los priistas tejieron pacientemente las redes comprando un poco de la pobreza con beneficios inmediatos y pasajeros. La reinauguración de una calle mal pavimentada, un piso, una bolsa, una playera, una gorra. Atacaron la necesidad inmediata de la población pobre, la necesidad de vestir un par de meses, la necesidad de la comida de hoy con una torta en un mitin, la felicidad de una pelota con el logo del PRI para los niños, es decir, le dan una aspirina al pueblo para el dolor que tienen por un cáncer que se llama pobreza.

Así, millones de pobres tienen puesta una esperanza en el PRI, por eso presumen la ventaja de su candidato.

Al interior, los líderes se armaron de "la unidad", todo el trabajo realizado lo hizo un grupo pequeño de priistas con compromisos específicos. No criticar en busca de ese poder que les da el dinero público.

Regidores, alcaldes, gobernadores, diputados locales y federales, senadores y otros funcionarios priistas se alinearon en pro de ganar, y por supuesto, obtener como recompensa la conservación del poder, del puesto, del salario gubernamental, del dinero gratis... en los términos más vulgares, la conservación del hueso.

La unidad, en estos términos, se traduce como complicidad.

El PRI no tiene como meta un beneficio de país, sino de sus integrantes, tal como se pueden explicar las crisis que vivió México en 70 años antes que perdiera el poder. El PRI no plantea desterrar la pobreza de México porque controlarla es su principal activo, es su bolsa principal de votos, ese voto se gana fácil para ellos.

Prefieren dar al por mayor y previa cuota concesiones de autobuses, de taxis, de notarías y los sectores que se dejen. Son los amarres, lo demás llegará "fácil", es cosa de una buena frase para continuar en campaña tres o seis años... son el gobierno del slogan, "la solución somos todos", "arriba y adelante", "bienestar para la familia", etc. etc...

Ejemplo práctico

Un estudiante universitario se alía a un grupo priista. Le prometen un gran "hueso" con un diputado o funcionario luego de elecciones. Trabaja gratis hasta el límite para conseguir que "su jefe" alcance la curul.

El candidato gana, pero no hay chamba suficiente para todos los que ayudaron. Entonces, al estudiante universitario le dan, para que apacigûe sus peticiones, una concesión de taxi.

El estudiante universitario ya lejos de la carrera, conducirá un taxi, tendrá un modo de vida diferente, pero sus potencial real fue truncado.

Así funciona el PRI.
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