Por meses, los priistas defendieron que el proceso de elección en el Partido Revolucionario Institucional había sido limpio y democrático, rechazaron por todos lados los señalamientos que había sido el gobernador Fidel Herrera quien había impuesto a Javier Duarte de Ochoa como candidato a la gubernatura, se revolvieron una y otra vez en defensa de su transparencia y limpieza... ¿y todo para qué?...
El mismo Duarte se exhibe que efectivamente, es un personaje impuesto, que es el delfín del actual gobierno y lo pone, al igual que muchas identificaciones, en color rojo, sólo que con sabor a fresa.
Es el Delfín Rojo la mejor forma de exhibir el descaro que refresca, ya no importa si hubo más de un contendiente para gobernador en el PRI, ahí está la forma de exponer que las acusaciones, al estilo foxista, se pueden revertir en forma "chistosa" para tomarla como bandera a favor.
Hoy el delfín rojo se jacta en una botella pet de 700 mililitros que efectivamente es el renacimiento del dedazo, que muere con cada gobernante nuevo, que la democracia no existe ni en el país y mucho menos en el PRI y quien más lo sufre por supuesto son los mexicanos que mantienen la esperanza de una vida mejor, aunque esta a muchos les llegue sólo en tiempo de campañas con algunas playeras, gorras y otros regalitos que les hace suponer que el PRI siempre regalará cosas... aunque se sabe que más que regalo es una inversión...
Más allá del chiste y el descaro del delfín, ¿cuánto cuesta la generación de un producto como el refresco?¿cuánto se produjo? ¿cuánto se gastará? ¿se reportará al Instituto Electoral Veracruzano? ¿sirve de algo además de saborizar el paladar de los miles de acarreados a los mítines de Duarte? ¿Será que se acabó ya la era del Frutsi y la torta por el Delfín Rojo y la torta?...
Ahí queda el refresco para los coleccionistas de botellas raras o al menos para el museo interno de la empresa El Jarocho, que sin confirmar, es quien embotella esta y embotelló la idea ya usada (porque no es original) anteriormente por Fidel Herrera y Ernesto Zedillo, sólo que sin ese sabor a descaro que le impusieron a Delfín Rojo.
jueves, 20 de mayo de 2010
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