Twitter está revelando algo que muchos medios sentían de "lejitos"... el reclamo de sus lectores, radioescuchas y televidentes, el señalamiento, la crítica directa, la burla, la evidencia de que no todo el trabajo se estuvo y está haciendo bien...
Hoy no son lectores o asiduos a radio y TV, hoy soy blogueros y twitteros los que reprochan a protagonistas de medios que bien podrían llamarse TVitters, literalmente en su cara, lo que se dice en la calle, en el café, en los análisis de sobremesa de cualquier hogar, en las críticas abiertas y sin censura en estas nuevas herramientas. Justo lo que no informan, lo que callan, lo que sugieren, lo que manipulan.
Debe haber muchos ejemplos más, pero justificados o no, figuras como Adela Micha, Leon Krauze, Ciro Gómez Leyva, Eduardo Ruiz Healy, Pedro Ferriz de Con, Joaquín López Dóriga, Pablo Latapí, Javier Alatorre, Carlos Loret de Mola, entre otros, son blanco del reclamo.
Con la piel más sensible que cualquier twittero y con una imagen que cuidar, los protagonistas de la pantalla en cuestión de noticias están limitados para la discusión, pasean entre twitteros presentando alguna nota o comentario que a veces no es lo que esperaría un lector o radio-tv-escucha habitual.
Ante Twitter las grandes figuras se enfrentan a una democracia para ellos desconocida y a un recurso pocas veces practicado: el diálogo con "el público".
Si a esto se le suman sectores analíticos que resintieron años de olvido por los medios o carga editorial evidente, la situación pesa más. Algo parecido sufren todos los niveles de gobierno frente a blogs y Twitter.
Algunos intentan salirse de pronto como Adela Micha que de inmediato es blanco y víctima y contesta, otros como Eduardo Ruiz Healy opta por bloquear y mantenerse en su línea o si no, pretenden seguir como los protagonistas del medio, como Pedro Ferriz de Con que busca enarbolar una causa.
Los usuarios que han entrado naturalmente a espacios de blogs y Twitter, sean de la edad que sean, tienen características completamente diferentes a los usuarios de otros medios, con todo y que en el fondo la noticia siga teniendo las mismas características, y no aceptan la "imposición" informativa de las mismas voces que han dado las noticias por años.
El nuevo usuario no quiere la agenda de los medios establecidos, navega por gustos desconocidos para la mesa de redacción, no tiene capacidad para ser receptor en una comunicación unilateral, tiene gustos fugaces, más que enterarse quiere hablar para desahogarse, quiere aportar...
Entran y salen cuando se les da la gana, no esperan que un "twitstar" entre porque habrá algún otro talento mayor entre sus "seguidos" o "seguidores"... habrá quién discuta su opinión o retwitee un comentario, una reflexión o un chiste.
Otros comentaristas de noticias de medios como los diarios y la radio principalmente, sí han estacionado en esta democracia, no esperan el elogio o ven en Twitter un foro para presentarse en el centro de la atención, y si bien son responsables de medios establecidos mantienen la "altura informativa" que reclaman los followers.
Si la población no conocía la libertad de expresión, ya puede presumir de ella y no en manifestaciones callejeras que nunca se vieron en la TV. Es otro tiempo para la comunicación, sin duda, no hay reglas, porque no se requieren líderes o instituciones para finalmente exponer el malestar o hartazgo.
jueves, 29 de octubre de 2009
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