lunes, 16 de mayo de 2005

Arbol caído

Dicen que no hay que hacer leña del árbol caído, pero quienes no tienen memoria, se los llevan al baile a cada rato. Pudo Arsenio Farell Cubillas ser un hombre amoroso con sus amigos y familiares, pudo ser lo que se dice, en su círculo cercano, un buen hombre que cumplió con fidelidad en términos amistosos. En términos políticos hizo su trabajo, sin duda.

Ayer, domingo 15 de mayo, murió Arsenio Farell Cubillas, uno de los hombres más cercanos al poder y que durante sus gestiones en varias instancias de gobierno, fue el ariete del golpeteo priista contra la oposición.


Farell con López Portillo, Fidel Velázquez y Carlos Salinas


Fue una pieza clave de muchas maniobras contra los trabajadores en México y de los grandes fraudes financieros cometidos en la época de Carlos Salinas.

La pleitesía de algunos medios, aún lo llaman "don", como si tuvieran que agradecerle a nombre de los mexicanos, cuando esos medios se favorecieron de él.

Basta recordar la confabulación con el secretario general de la CTM Fidel Velázquez, su labor como abogado de Salinas y de los líderes involucrados en el Pemexgate.

Pero también hay que recordar sus intentos de censura como lo evidenció José Gutiérrez Vivó cada que se criticaba la labor de Farell, un eterno aspirante a la presidencia impedido por su herencia española (cuando la Constitución aun no permitía lo que aprovechó Fox).

Con la muerte de Farell cae otro pilar más de la oscura pared priista que maniató y compromotió el futuro que aún pagan los mexicanos.
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