Cuando el pasado jueves 17 vi la fotografía de docenas de billetes colocados tan delicadamente sobre un cuerpo ensangrentado, pensé por un momento que se trataba de una de tantas imágenes de venganzas de narcotraficantes, dudé Twittear y preferí guardarme el dato, hubiera sido una torpeza mayúscula para las autoridades permitir que una imagen así se filtrara a los medios. No lo tomé en cuenta.
Hoy, viernes, fue el tema de discusión, la fotografía correspondía al cadáver de Arturo Beltrán Leyva, muerto en un enfrentamiento con elementos de la Marina en Cuernavaca. Los análisis estuvieron al día en Twitter, en blogs, en radio, TV y seguramente mañana más de uno analizará el caso en papel.
¿Por qué permitir esto? ¿Vale una exhibición con tono de venganza por parte de las autoridades? ¿Por qué el descuido del lugar de los hechos? ¿Quién puede creer una investigación del caso cuando civiles representantes de medios entran como si fuera un teatro táctil?
¿Quién puso los billetes y otros objetos? ¿El fotógrafo o un oficial apasionado que quería disfrutar su triunfo? ¿Quién tuvo tal descuido? ¿Por qué ensuciar una operación que adquirió elogios más allá de la frontera?... La cuenta pendiente la tendrá la misma agrupación que tuvo el éxito, la Marina, que deberá hacer públicos a los responsables de que hoy, los militares que hicieron caer a Beltrán, se pongan al mismo nivel de los narcotraficantes.
El daño visual
Me imagino el acalorado diálogo de editores de los diarios Reforma y El Universal, incluso las pláticas de las agencias Reuters y AP para saber si debían o no publicar o liberar la imagen que parecía haber sido sacada de una película de Martin Scorsese.
¿Cuánto trabajo hay en las redacciones que tienen entre otras responsabilidades ser el primer diagnóstico de la sociedad a la que informan? ¿Debes seguir presentando la sangre? ¿Se debe seguir presentando el rostro de los muertos inocentes y criminales?
La discusión es larga y los periodistas tenemos mucho trabajo de conciencia para establecer en códigos de ética y manuales de estilo qué queremos informar y cómo de tal manera que los lectores, radioescuchas y televidentes sean informados sin esa carga que poco a poco crea comportamientos que terminan como la foto de Arturo Beltrán Leyva.
viernes, 18 de diciembre de 2009
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