En radio, TV, Twitter y Facebook se preguntan ¿cómo es posible que el candidato priista Javier Duarte tenga el triunfo cuando escuchamos que recibió ayuda del gobernador Fidel Herrera, cuando se vio una inequidad en gastos de campaña que se puede contar cuadra por cuadra, cuando hubo mil denuncias, con muchos testimonios?
Todos se lo preguntan y la respuesta es, muchas veces una falacia: "los compró el PRI"; una ingenuidad: "lo negociaron" o una decepción: "siempre es lo mismo".
Qué país permite el paso de las injusticias de esa manera en nombre de la legalidad: parece que sólo México.La celebración priista de Fidel Herrera y Javier Duarte
Más allá de Veracruz y las razones reales por las cuales obtiene el triunfo Javier Duarte, vivimos en un grave retroceso democrático, de seguridad y de cultura (el origen de todo).
Las instituciones actúan limitadas en muchos sentidos, lo vemos en términos electorales, judiciales y de transparencia. Por algo a nivel internacional se habla de México como un país corrupto, señalado en listas cayendo en sus propios vicios.
Los peores ejemplos podrían caer en Veracruz nuevamente, simplemente porque ni en el Estado ni a nivel nacional, se ha hecho algo porque las cosas sean limpias.
Pareciera que la palabra honestidad fuera un membrete, una palabra vacía en un país donde la porquería es una nata que cubre cualquier vestigio o iniciativa por el bienestar, por la democracia, por hacer las cosas bien. Cero limpieza, cero transparencia.
Con qué ejemplos se le puede enseñar a los jóvenes la ética, el respeto por "las instituciones", el equilibrio de las fuerzas, qué ejemplos podemos tomar como democracia.
¿Le podemos decir a un niño que las elecciones en Veracruz fueron democráticas? ¿Qué le vamos a contestar cuando pregunte 'y por qué sólo vi anuncios de Duarte'?
¿Cómo vamos a hablarle de respeto a las instituciones? ¿Qué le vamos a decir cuando pregunte 'qué es la plenitud del pinche poder'?
Es una verdadera pena saber que hoy los resultados nos arrojan ganadores de dudosa procedencia que comenzarán, como lo fue en el caso de Felipe Calderón, a comprar a cualquier costo la legitimización de su encargo, es una pena que un Tribunal esté amarrado a leyes superadas por la realidad mexicana, es una pena que hombres de gobierno paseen altaneros sabiendo el daño permanente que provocan.
Nada de "ganamos todos"... eso es un simple slogan... se debe decir "perdimos mucho"...
Y por otro lado, que pena, que así como el gobierno no sabe integrar un expediente, los panistas hayan fallado ese penal ante un PRI que no tenía portero, porque todo estaba dado, ahí estaba todo... y no metieron el gol...
Detalle: ¿Qué desechó y admitió el Trife en la elección de Veracruz?
Resolución completa del Trife en PDF