El caso de Ricardo Salinas Pliego muestra en toda su extensión la ambición y el verdadero interés que tienen las televisoras abiertas, que en contrasentido de la democracia, manejan y lucran con un bien público.
No es de extrañarse.
Después ha habido mucha señal compartida entre Televisa y TV Azteca, particularmente en transmisiones de futbol, particularmente en juegos de la Selección Mexicana estando siempre su gran aliada de por medio: la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut).
En el extremo, las televisoras han ocupado horas para transmitir eventos frívolos y deportivos sin preocuparse por su ganancia o efectos comerciales.
Sin democracia de por medio, Televisa y TV Azteca han abierto sus canales estelares para transmitir por horas, por ejemplo el asesinato del conductor Paco Stanley, la liberación de Gloria Trevi de la cárcel, la participación de sus enviados al Senado en defensa de la llamada Ley Televisa y por supuesto, para ocuparse de las visitas de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI para transmitir un evento religioso entre su público gobernado por un estado laico.
En ningún caso, como diría Ricardo Salinas Pliego, argumentó estrategias comerciales que lo beneficiaran o perjudicaran.
Muchos analistas argumentan que se trata de una forma que tienen las televisoras para proteger al candidato del PRI-PVEM Enrique Peña Nieto, que ambas tienen un fuerte interés en candidatos que formarán una telebancada en el congreso, pueden tener la razón, lo cierto es que saben del poder de la televisión y de cómo controlar a una población pobre, sin más opciones de diversión que un par de cadenas de televisión abierta.
Al negarse a transmitir el debate en lugar del juego Morelia-Tigres, Ricardo Salinas, que se hizo de TV Azteca en una polémica y cuestionada licitación, se coloca como un antidemócrata. Y mandar la señal del debate al Canal 40, que muchos califican como un canal pirata, no le quitan en nada el señalamiento, porque el 40, sólo se ve en el DF, Edomex y en señales de paga.
Pero, Televisa no se queda atrás con la decisión de enviar la señal al Canal 5. Si bien es cierto que es un canal con amplia presencia en el país, la decisión de Emilio Azcárraga Jean (hijo de quien se llamó a sí mismo "un soldado del PRI") también lo hace ver como un antidemócrata, sabiendo que en una población controlada, la gente preferirá ver el show "Pequeños Gigantes", un programa con muy alto rating donde exhiben a los niños cantando, bailando y haciendo otras gracias.
El argumento de que una cadena nacional es antidemócrata es falaz en las condiciones que vive México, porque el país vive, desde hace décadas en una etapa donde la información relevante o para decidir, se oculta. Somos más de 113 millones de mexicanos formando unos 28 millones de hogares, de los cuales 26 millones tienen TV, y de estos... unos 10 millones tienen TV de paga.
Está claro que ante la oferta de la televisión abierta, en lugares donde no hay acceso a internet o TV de paga (por condiciones económicas o geográficas), la opción de ver el debate será aplastada por la competencia y la población, no por inteligencia, sino por costumbre, optará por el futbol o el programa del Canal 2. ¿Extraña esto en un país con más de 50% de pobres? No... ¿Le interesa a las televisoras que salgan de esa pobreza y adquieran nuevas opciones de diversión?... tampoco.
Yo recomiendo ver el debate... pero sólo es una voz...
Algunas cifras
- 113 millones 423 mil 47 habitantes
*28 millones 355 mil 761 hogares (aprox. con un promedio de cuatro integrantes por casa).
- 26 millones 48 mil 531 hogares con TV
- 2 millones 307 mil 230 casas sin TV
~ 5 millones 503 mil hogares con acceso a TV por cable
~ 5 millones con TV satelital
(- Datos del INEGI *Cálculo personal ~Comisión Federal de Telecomunicaciones/Cofetel)
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