Durante dos años tuve un maestro de economía que todas las frases las terminaba con una pregunta similar a esto: "¿eh?"... y cada que lo hacía, todos en clase dudábamos si lo que decía lo hacía convencido o cuestionaba lo que acababa de decir... era el clásico maestro que daba la materia con un cigarro en la mano, mismo que encendía al estilo Marlboro, siempre con cerillos haciéndole casita con un gesto de desenfado...
Ahí, en el papel y con calificación arriba del 8, aprendí de micro y macroeconomía, de balanzas de pagos, de producto interno bruto y de algunas teorías, que según dijo el catedrático, siempre habían sido mal aplicadas por los gobiernos. Él, ya cincuentón, que en plena década de los noventas no mostraba haber manejado su microeconomía con buenos resultados, dado que todo el tiempo lo vi en un viejo VAM y se dedicaba a revender los libros que él mismo recomendaba como lectura, me hacía dudar de su capacidad para administrar sus minifinanzas, pero no de su talento didáctico...
Algo parecido a lo que han hecho los gobiernos mexicanos (federales y estatales), por décadas, decir que hay buenos resultados, pero con un altísimo índice de pobreza extrema... una disculpa al profesor por compararlo con tan decadente ejemplo...
Se jactan de enseñarnos cifras alegres, pero en el fondo la miseria es la que se estanca, es obvio, es muy complicado analizar la pobreza en una amplia oficina con muebles de piel frente a una PC que la mayor parte del tiempo tiene abierto el Solitario... ja... el Solitario...
Con estos pronósticos padrísimos, mientras a nivel macro nos preparamos en este 2011 para las cifras alegres que anuncian por todos lados y para dar batalla con nuestro superpeso chocomilero, a nivel micro, en la casa de la mayoría de los mexicanos, tenemos que administrar la abundancia de un nuevo salario mínimo, realmente mínimo, con el que apenas alcanza a comprarse un kilo de tortilla, un kilo de frijol, medio kilo de pollo y lo demás para pasajes...
Más arriba, entre los afortunados que recibimos más del mínimo, no queda más que administrar en una libreta nuestros debes y haberes. En un país petrolero, donde la riqueza la consumen los líderes de un sindicato y los chupaductos, donde los números de nuestros ingresos tienen aumentos del 4% mientras la canasta básica sube arriba del 40%, donde la gasolina y el gas aumentan mensualmente y donde los servicios tienen tarifas de primer mundo y calidad de quinta (¿me están oyendo Telcel, Sky, Cablevisión, Telmex?), la mayoría tenemos que apechugar...
Podríamos decir, como Cristina Pacheco que "Aquí nos tocó vivir...", pero no podemos solucionarlo así toda la vida... siempre nos llevan al baile así, con la lluvia de discursos de los políticos que legislan para ellos y sus partidos olvidándose de la gente, ya esos políticos no funcionan y es preciso cambiarlos por la primera oferta que no salga de esa especie... ya no queremos diputados que están en la cámara esperando el llamado para ser gobernadores...
Por ahora, "preparémonos a administrar la abundancia" como diría López Portillo, que no es precisamente económica, sino de tolerancia, esa que ha tolerado al grupo de sanguijuelas que se apropiaron temporalmente del país (unos 90 años)...
A que viene todo esto, a que administrar es una buena medida que permite, precisamente tener momentos de dispendio... suena ñoño y conservador, pero, si en esta semana no se ahorra al final de la semana no habrá un suculento six helado... yo por ahora, me ahorraré mis 50 pesos, a ver si no sube más la cerveza...
martes, 4 de enero de 2011
blog comments powered by Disqus
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)