¿Nos extraña lo que le está pasando a "Alito" Moreno y al PRI? A mí no.
De hecho, el PRI no podría tener mejor representante en este momento que "Alito" y su partido no podría tener un final más fiel a su historia que esta.
Alejandro "Alito" Moreno es la síntesis del priismo, acumula el espionaje, el abuso patriarcal, la obvia corrupción, la colusión con medios, el chantaje, la extorsión y sobretodo el descaro.
Alito es la mezcla de Cuauhtémoc Gutierrez y la trata de personas, es Fidel Herrera y la plenitud del pinche poder, es César Duarte en la acumulación de propiedades, es Eduardo Andrade llegando ebrio con López Dóriga, es Humberto Moreira manipulando los recursos legales, es Peña y su casa del color que sea, es Romero Deschamps aferrándose al cargo, es Emilio Gamboa Patrón intercambiando favores a cambio de un voto legislativo... es tantos y tantos priistas que tomaron dinero público de Gobierno o electoral para fines personales y en beneficio de su grupo.
Es la simulación que vivió este país en manos del partido tricolor, que por un lado habla de las bondades que ofrece pero que cerradas las oficinas maniobra para hacer trampa, para usar a los que se dejen y con las palabras perfectamente elegidas para sus actos.
Es el que abraza al reportero, pero que dice "pinches medios" y que hace sobrevivir a algunos a billetazos, porque nada más eso faltaba, para que gastar en balas si los puede matar de hambre...
"Alito" es el perfil perfecto del priista, el del político corrupto incluso rebasa a figuras como René Bejarano, que es la imagen espectacular de la corrupción videograbada, pero que en números es la miseria económica al que no le alcanza ni para los amparos.
Hoy el PRI se va despidiendo con esa mugrosa estela que guardaba detrás de los trajes costosos, las pulcras mamparas y las alfombras rojas que daban la bienvenida a los sectores y a los amigos de la prensa.
Pero, en su despedida, arrastra irremediablemente a sus cómplices que creen que aún pueden regresar al poder, al PAN y al PRD que aún sostienen fuerte la mano de "Alito" confiando en que la justicia lo hará víctima si nadie difunde sus audios, donde ellos mismos son exhibidos.
Un mexicano más o menos informado espera con este ejemplo que sea la última etapa de una estirpe política que se formó en más de 80 años, esa que se confío que el poder daba carta blanca para robar, engañar, manipular y ejercer el poder sin que nada lo rasguñe.
Si la impunidad legal beneficia al aferrado Presidente del PRI, los mexicanos ya van muy adelante, porque ya lo enjuiciaron y sentenciaron a borrarlos del mapa electoralmente.