Alguien en Twitter defendía el actual modelo de gobierno mexicano. Yo digo que es un fracaso.
Y no es que el Estado se esté desmoronando y existan motivos golpistas que pongan en riesgo su estructura, al contrario, es muy fuerte, lamentablemente se sostiene de una red muy fuerte llamada corrupción.
Uno de los soportes del Estado es el gobierno, dentro de este, está el Poder Legislativo que, cuando ha querido, ha demostrado que es capaz de acordar las cosas eficientemente para salir adelante de las propuestas con discusiones mínimas, por ejemplo, cuando los diputados se quieren dar un aumento salarial, salir de vacaciones o cuando han acordado en lo oscurito avanzar con las "reformas que modernizarán a México".
Cuando el twittero defendió el sistema mexicano, es decir, la democracia representativa, yo reclamé escribiendo que si se tratara de un país que tiene erradicada la corrupción o al menos disminuída, apoyaría su postura, pero se trata de México, donde está enquistado un sistema de dádivas a cambio de favores justo donde no deberían realizarse, en el Congreso.
El mejor ejemplo de lo anterior, ocurrió con la famosa "reforma energética", la cual pretende, mediante cambios en la Constitución Mexicana, abrir los recursos energéticos a manos privadas nacionales e internacionales.
Por décadas, desde 1938, México se enorgullecía de que el petróleo es de los mexicanos. La imagen de la población ayudando con mínimos recursos a pagar a las empresas extranjeras por la expropiación petrolera siguen exhibiendo la generosidad de un pueblo que es capaz de ayudar a la nación y de hacer realidad la máxima del Himno Nacional, de hacer de cada hijo un soldado.
Si este bloguero no supiera que los funcionarios públicos, en particular, los legisladores, usan las peores artimañas para hacerse de riqueza, disminuiría mi sospecha, pero son mucho, muchos... muchos... muchísimos ejemplos de corrupción rampante y la impunidad, lejos de disminuir aumenta con la ambición de los políticos, así que hay razones para desconfiar, de esta y otras medidas, principalmente, viniendo del Partido Revolucionario Institucional, creador de esta cultura política que nos gobierna.
Los acuerdos que fraguaron las reformas, manejadas en el cacareado "Pacto por México", son un montón de complicidades que dejarán mucha riqueza a unos cuantos y la población seguirá con la misma situación de siempre.
Sin acordar, sin discutir, sin leer, los diputados alzaron la mano a lo que el encargado del poder Ejecutivo, Enrique Peña Nieto mandó como iniciativa, sólo por ser una orden presidencial, como se hacía en el pasado, cuando el presidente en turno mandaba al séquito priista como en la peor de las monarquías.
En esta ocasión ocurrió igual, pero lo más vergonzoso, fue el comportamiento de los congresos locales, donde la aplanadora del PRI bajo una orden y en automático, con una prisa inexplicable, palomeaba un
documento de 34 páginas que merecía estudiarse a fondo para después decidir sobre él teniendo o considerando mínimamente la opinión o posible reacción de la gente que dio su voto para que estos individuos decidieran sobre qué hacer con esos papeles que les enviaron.
En estos términos, la democracia representativa es un fracaso y no sólo con el ejemplo de la reforma energética. Siempre los diputados han hecho lo que se les da la gana sin considerar las afectaciones a la población.
Los diputados y senadores sirven al gobierno en turno, sea federal o sea estatal. Así se vio en San Lázaro y en casos vergonzosos como el veracruzano, donde se aprueba lo que manden desde Palacio de Gobierno, sin cambiar una coma o un acento, esté bien o mal redactado, pártale o no, la madre a los ciudadanos.
Falso que los diputados y senadores representan a los mexicanos, falso que estén pensando en la distribución de la riqueza que genera lo que al final resulte de Pemex o la CFE.
En el futuro veremos como quizás prestanombres de los actuales diputados, o los mismos diputados, se vean involucrados en jugosos negocios a costa del petróleo mexicano, así veremos nuevamente que dirán o habrán amarrado, leyes a modo para que lo que hoy es delito, al rato esté justificado legalmente... así como son capaces de cambiar la palabra "adquirir" por "comprar" para que la publicidad en medios no les afecte...
La democracia es letra muerta, falso en el caso de México que sea el pueblo el que manda... mandan para sí mismo y para sus partidos los legisladores que son capaces de privatizar a
"la puta madre que los parió a todos".