lunes, 11 de noviembre de 2013

El morbo vende, el periodismo parece que no...

Con pesar, veo que los medios impresos cada vez más se hunden en una espiral. Allá se ven, uno a uno girando hacia abajo como yéndose a la dimensión desconocida.

Me preguntaba la pequeña de la casa "¿Por qué hay sangre en el periódico... a poco creen que nos gusta ver una mano cortada en la mañana?".

A falta de propuesta editorial, nuevas estrategias comerciales y trabajo preventivo o de solidaridad con el lector, los medios impresos están exhibiendo lo peor de la población con un solo fin, vender papel, convirtiendo los medios sociales en simples tabloides, diarios escandalizantes que se muerden uno a otro para ver a quién le sale más sangre.

Desde los departamentos de venta, al peor estilo de las oficinas de gobierno, hablan a la redacción para sugerir temas escandalosos, sangre, muertes, bebés abandonados, suicidios y si se puede la foto impactante, "pixeléale, pero tantito". La excusa es que los diarios no están vendiendo y con "muertito" sí (el problema llega cuando no hay "muertito").

Una de las peores actitudes de lo medios, ya en general, es cuando esos temas sirven para el golpeteo político, completamente desinteresados en la gravedad de algunas carencias.

Un ejemplo fue la señora que parió en los jardines de un hospital porque se le negó la atención para ingresar a quirófano. Dejando a un lado el lamentable hecho humano, los medios quedan expuestos si agregamos que hubo foto de la mamá y el bebé.

Por todo el país los diarios llevaron la imagen exhibiendo el drama, pero despreocupados de que en muchas ciudades, contrario al milagro de la vida, miles de personas sufren por un deplorable sistema sanitario y es preferible escandalizar con un hecho con foto, que ir a profundidad en lo que empuja a casos como esos.

Sólo hasta ahora pueden descubrir que en ese hospital hay negligencia o corrupción, pero ningún diario lleva las cosas tan espectacularmente con la gente que tiene que esperar horas por un turno o la situación de enfermos y familiares que pasan días para llegar a un quirófano. Como no hay foto espectacular, no vende.

Escribía en las redes sobre el innecesario manejo de la nota de la chica que se suicidó en Veracruz previo aviso en Facebook.

Aquí, los medios siguen sin entender que las redes sociales son simplemente una plaza de discusión, donde se eleva lo más sutil y lo más dramático, y que en el fondo, el suicidio no deja de ser una tragedia  que diariamente llena las estadísticas del país.

Pero había foto, había una historia morbosa, tenía todos los elementos "para vender". La respuesta de las redes ante la insensibilidad de los medios es que a la víctima, la victimizaron más llenando de mofas a Twitter y Facebook... ¿El ejemplo será útil para que la gente deje de suicidarse?... no, al contrario... se expuso una forma de llamar la atención, se consiga o no el fin...

¿Para qué exhibir al muerto? ¿No tuvo ya suficiente con haber muerto? ¿Los medios serán igual de morbosos si alguno de sus personajes internos cae en una tragedia como esa? ¿Exhibirán la foto del director o del reportero en estos eventos?

Hace algunos meses, en Córdoba se dio un caso para analizarse donde los medios locales callaron un evento, por haberse dado en un club social. Se habló de un acto sexual que afectaba al "familias de nombre", como todo quedó en la vaguedad, nunca se supo si fue violación y los medios no fueron a profundidad. ¿Fue parejo el trato?... por supuesto que no...

Hace años, las redacciones tenían su archivo "secreto", el "sólo para tus ojos", un sobre "abrir bajo riesgo", un ex compañero editor de la sección policiaca lo tenía en su cajón, simplemente eran impublicables, era el morbo a todo lo que da... hoy, imágenes como esas inundan la red, más si un medio las retoma. Eran otros tiempos, diría el clásico.

La pequeña ahora que tiene el diario en sus manos ya optó por hacer un lado las policiacas y aunque no sabe los alcances de otras secciones, prefiere revisar la cartelera de cine, buscar si hay alguna nota relacionada con los personajes que conoce de la TV y, eso sí, le da una revisada a la primera sección donde siempre se encontrará un divertido error ortográfico.